miércoles, 11 de enero de 2017

¡Cada día me veo más gorda!

¡Hola a todos y Feliz Año 2017!😃 Éste va a ser el primer post del año. ¡Hablemos de la belleza y de cómo nos sentimos!

Autoestima: como bien sabemos, es la estima que cada cual se tiene a sí mismo.

Todos tenemos una idea sobre nosotros mismos, tanto de nuestra forma de ser como de nuestro cuerpo. Pero ya dice el viejo refrán que "en este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". Y para empezar, a diferencia de los hombres, "el cristal" con que nos miramos las mujeres deja mucho que desear, nos vemos hasta un 25% más gordas de lo que somos.
Para comprobarlo basta leer unas palabras que dijo Michelle Pfeifer en una entrevista hace tiempo: "mi cara está totalmente torcida y mis labios son desproporcionados". ¡Sin palabras! si Michelle, considerada una de las mujeres más bellas del mundo, se veía así, no te cuento cómo nos vemos el común de "las mortales".

Nadie está a salvo de sufrir una percepción negativa de su cuerpo. Buena culpa la tienen las campañas publicitarias y pasarelas, que nos presentan unos cánones de belleza irreales.
Las mujeres estamos muy sujetas a la tiranía de las hormonas y ésto se refleja de forma evidente en nuestro estados anímicos. Sin saber porqué un día te levantas y te ves tan guapa que no te parece ninguna temeridad ir a trabajar sin maquillar; sin embargo, otra mañana te miras al espejo y no rompes a llorar porque a la mala cara se unirían los ojos rojos e hinchados... Es entonces, cuando los botes de corrector de ojeras, maquillaje, polvos mágicos, ampollas antiedad... se agolpan en el lavabo, para intentar mejorar de forma artificial tan horrible cara.
No cabe duda de que vernos más guapas nos hace sentirnos mejor. Somos hombres y mujeres de nuestro tiempo, y aunque no hayamos caído en la adicción, nos gusta estar a la moda. No podemos olvidar que nuestra "fachada", lo queramos o no, es la primera embajada de nuestro yo más íntimo.
Parece mentira, pero nuestro equilibrio personal se manifiesta en el exterior: las personas felices, equilibradas, son más hermosas. Si no, piénsalo. Aunque es cierto que sentirme feliz y querido no me convierte enseguida en Angelina Jolie 😂
A lo mejor no se trata tanto de adelgazar (que es conveniente para la salud), para gustarme más y estar más guapo/a por los demás, sino para aceptarte, quererte y, en la medida de lo posible, controlar tu peso ¡claro!
En muchas ocasiones estamos descontentos con nuestro físico, pero ¿no has pensado que limar algún defecto de tu carácter, como por ejemplo, ser tan negativo, es más barato? Puede que te encuentres más agusto tú y los demás. Si hago las paces conmigo mismo, con esas ojeras, ese michelín o ese defecto de mi carácter, podré hacer las paces con el resto del universo. Tenemos muchos motivos para ser felices. Piénsalo, sácale partido a tu vida, a la real, que es estupenda si sabes mirarla, no a la que te gustaría tener.

A una persona con autoestima, que se quiere, le resulta más fácil ser positiva. La felicidad no es una quimera inalcanzable, lo que pasa es que a veces no reconocemos, en medio de la normalidad de la vida, los periodos de dicha que nos encontramos.

Te propongo un ejercicio magnífico y muy rentable: valorar lo que tenemos, ser felices y sabernos felices. Vamos a recordarnos a diario a nosotros mismos y a los que comparten nuestra vida lo afortunados que somos.
¡No nos perdamos lo mejor, dejando de estar satisfechos con lo que nos regala la vida!

¡Hasta la próxima! 💋

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